Nada por aquí y nada por allá

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martes, 29 de abril de 2008

Galleta y el Sol...y el indie folk

Esta es la historia de una niña y sus días soleados , la niña a quien llamaré Galleta (en honor a la difunta labrador de mis hermanos) a diferencia de la mayoría de la gente que simpatiza con la primavera y el verano odiaba la llegada en particular de esta última estación ya que le molestaba el calor sofocante al que tenía que acostumbrarse por varios meses en la ciudad tan bochornosa donde ella vivía, Galleta no soportaba que cada día que se dirigía a la escuela su cuerpo terminaba adherido como calcomanía al asiento del autobús, así como el sol que quemaba su extraña piel a la que ella misma se refería como de gallina desplumada.



Galleta que intentaba por todos los medios controlar su molestia con el clima, a diario cuando se levantaba trataba de planear su día y se decía a si misma que ya era hora de acondicionarse al intenso calor, pero todos sus esfuerzos se venían abajo por que para cuando ella llegaba a su salón de clases arribaba con el peor humor que alguien podría tolerar, era definitivo: Galleta odiaba los días intensamente soleados, durante una hora libre mientras su mejor amiga Horchata le decía que prefería mil veces el intenso calor en comparación al insoportable frio, por dentro Galleta solo deseaba la llegada del otoño e invierno y añoraba esos días preciosamente nublados en los que podía salir a ver el cielo gris y sentir el aire helado pegándole en la cara, Galleta extrañaba tanto ese clima como a un niño guapísimo del que estaba muy enamorada y tenía que esperar largo tiempo para volverlo a ver. En todos los intentos por apreciar el intenso calor Galleta fracasó, ella misma sentía que ya casi perdía la guerra después de tan innumerables batallas perdidas contra el sol, el bloqueador su mejor aliado la había abandonado por que para mitad del verano su piel se veía notablemente afectada, y a pesar de formar nuevas alienaciones de batalla con novedosos desodorantes, protectores solares y botellas enormes con agua para apaciguar la sed, al final siempre era lo mismo: quejarse y quejarse por el clima extremo y por más grande que fuera su preparación su desanimo debido al imperante clima volvía.



Sin embargo a nuestra protagonista un día se le ocurrió antes de ir a la escuela hacer una lista de canciones en su reproductor de manzana que incluían solamente pistas de una agrupación de Glasgow Escocia llamada Belle and Sebastian que ella ya conocía desde hace tiempo, por dentro sabía que la riqueza coral e instrumental de esta banda no la iban a defraudar ya que ellos eran los mejores en su tipo y tenía la corazonada que estos ñoños escoceses la iban a ayudar de alguna forma, cual fue la sorpresa de Galleta que desde que escucho esos alegres coros acompañados con lo radiante del día su panorama en verdad le cambió, esta agrupación no solamente le inyectaba animo con sus sonidos dulces y festivos sino que le hacia apreciar el buen indie rock que se hacia en Europa, el grupo que hasta la fecha mezcla el folk, el pop y sonidos sesenteros así como sus letras literarias la hacían mantenerse contenta mientras se dirigía a aquel plantel educativo que a veces la desanimaba tanto, los maestros exigentes, los exámenes imposibles y las jornadas largas habían hecho que ella se convirtiera en un personaje parecido a su adorado clima: frió y gris.



Desde que Galleta escucho la suave voz del ilustre musical que es Stuart Murdoch en esa temporada tan radiante ella se dio cuenta que la música de Belle and Sebastian estaba diseñada para ese exacto tipo de días, mientras veía por la ventana del autobús en vez de ir molesta por los 40 °C que seguramente marcaba el termómetro, ahora ella soñaba con aprender a andar en bicicleta y pasear por un buen parque lleno de árboles, o comprarse un ula ula y salir a jugar con él antes de que se escondiera el sol mientras de fondo se escuchaba el fantástico Dear Catastrophe Waitress(2003) y en vez de preocuparse por la innumerable cantidad de tareas que tenía que entregar ella prefería fantasear con la idea de irse a disfrutar del clima cálido en una rica playa escuchando el tema Mandingo Reprise del Storytelling con toda a intención de complacerse con esos incitantes sonidos surf, cosa que ni con la música de los reconocidos Beach Boys ella había podido alucinar. De esta manera aprendió a encontrarle más gusto a esos trayectos en los que se dirigía a su escuela y cualquier cosa que veía a través del cristal de la ventanilla del autobús (y eso cuando le tocaba ir sentada) le parecía maravillosa, la música de B&S había sido un reencuentro con sus mejores intenciones, que la hacían olvidarse de todas esas terribles molestias diarias como su piel reseca o peor aún de esas perversas personas que le tocaban intencionalmente el trasero en el transporte público aprovechando que éste estaba lleno.




Para cuando el verano termino Galleta se dio cuenta que la constancia con la que escuchaba a los escoceses no se repetiría hasta el año siguiente y eso la ponía un tanto triste, se sentía triste de que sus emociones la predisponían a escuchar cierta clase de música dependiendo las estaciones del año, cosa que no significaba que ella no pudiera apreciar la calidad de un disco “cálido” durante el otoño e invierno, pero siempre había sabido casi por instinto que hay cosas que se disfrutan más en ciertas épocas que en otras, pero a pesar de todo había quedado muy agradecida con Stuart Murdoch y compañía puesto que ellos habían agregado su granito de arena para que pudiera apreciar el verano con el que tanto había estado enojada y que la habían ayudado a dejar la apatía diaria para ser justamente como su música: radiantemente alegre.


El otoño empezaba y la extenuante escuela continuaba, si bien ahora ella ya no se dedicaba a alucinar con playas y helados de sabores, ahora Galleta se daba el tiempo para escaparse de su realidad con las guitarras de My Bloody Valentine y con la voz elegante y quejumbrosa de Beth Gibbons de Portishead que ahora la hacía soñar con bares obscuros, clandestinos y llenos de humo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Un tema muy interesante ese de la relación clima/música, pareciera muy simple pero al menos para mí no. A ver, escoge una banda que puedas escuchar en todas las estaciones del año???
A mi últimamente cuándo hace mucho calor no me da por escuchar de esas bandas snob, digo intelectuales/nerd europeas... quién sabe desgraciadamente creo que me estoy acostumbrando a los 10 meses de calor por año de esta ciudad...mal. Por ese ese concierto de The Cure (2sep200, ya más de 3 años!)fue muy chido... frío, lluvía, nubes grises casi todo ese día y más de 3 horas de The Cure en vivo. (me salí del calzón? bueno suelo hacerlo, ja)
Saludos

Unknown dijo...

mal mi mecanografía de nuevo.
2sep2004 y "Por eso ese..." ja

Gustavo Daniel dijo...

Que tal De-Nish!! Interesante al cuento, algo que a todos nos suele suceder con los clomas calurosos, la verdad me agradan, menos cuando esta todo bochornoso y te pones todo pegasoso con la sensaciòn de estar todo apestoso; en si, me agrada el contexto que tiene tu articulo, elaborado e ingenioso, metaforico y con una enseñanza (comprate un iPod y todo se soluciona), me despido mandandote abrazos!

Anónimo dijo...

Cuando pienso en un dia caluroso me encanta recordar mi niñez en montemorelos, aquellas noches de verano en las que estabamos hasta las doce de la noche platicando en la calle, ya que dormir era imposible a no ser que se contara con un buen aire acondicionado.

Lo peor del verano es tener que trasladarse en monterrey, pero una vez que se llega al destino. y uno se sienta a descansar bajo la sombra de un buen arbol y con un pokitin de suerte hay una ligera y fresca brisa se logra obtener una sensación de trankilidad.

Pero bueno todos los extremos, ya sea mucho calor o frio, son malos...que mejor que un buen clima templado


Saludos :)

Unknown dijo...

¿Qué distancia hay entre los Cocteau y Belle? Los estados de animo son como las estaciones del año, cíclicos. Sabemos que la tristeza volverá, y la euforia también. Habrá otoños hasta el fin del sol. Que buenoq eu conservamos algo de natural. Ah, odio como galleta, los días de calor!