Entre la Melancolía y la Infinita Tristeza

Cuando uno se encuentra enojado y bajo los influjos de la adrenalina es capaz de hacer innumerable cantidad de tonterías y más cuando realmente tienes ganas de mandar al reverendo carajo a todos, hace algunos años cuando era levemente más joven nunca fui capaz de hacer vandalismo y sentirme toda una “anarquista”, supongo que siempre fui demasiado ñoña para atreverme a hacer ese tipo de cosas las cuales al día siguiente me terminaría arrepintiendo profundamente, pero, oh si, tuve muchos amigos que si hicieron de las suyas y muchas veces estuve yo presente, desde esas tocadas en donde llegaba la policía y todo mundo acababa agarrándose a botellazos, destruir cosas valiosas de otras personas y hasta esas inocentadas como robar cosas innecesarias de un seven (como mi amigo Was solía hacerlo, sacando desde cotonetes hasta latas de elotes, cosas que él no necesitaba pero era la idea disque de “fregar” al sistema, buen pensamiento para un muchacho súper punk de preparatoria, digo, no podía esperarse mucho de nosotros en aquellos tiempos), aquellos nostálgicos días en los que escuchar música, vestir descombinado intencionalmente y hacer estupideces era lo que más le traía felicidad a nuestros días, ahora cuando me acuerdo me rio, pero cuando detenidamente lo pienso creo que si nos pudimos haber metido en problemas serios más allá de las llamadas de atención diarias. Creo que si esa etapa desenfrenada la pudiera convertir en un disco seguro sería el Mellon Collie and The Infinite Sadness, a pesar de que yo conocí a Billy Corgan y sus calabacitas en inicios de mi pubertad en donde me ponía a cantar y brincar sobre la cama con sus canciones, fue hasta que estuve en preparatoria donde entendí perfectamente las letras descarriladas cargadas de rebeldía de este tipo calvo , pero fuera de mi alucinada etapa en prepa, hay que recalcar que este maravilloso disco doble o sea el Mellon Collie and the Infinite Sadness, aporto mucho a esa década de los 90’s siendo el mas representativo al llamar al tan confuso rock alternativo.

Por allá del ‘95 Los pumpkins ya tenían “dos hijos”, el tan groungero Gish y el tan alternativo Siamese Dream, pero para rematar ese año nos trajeron este perfecto disco doble que es el Mellon Collie que se sumo a ser parte de los mejores discos dobles en la historia del rock, que con canciones como Zero , Tonight Tonight y 1979 logro hacerse popular, el álbum tiene otras piezas tan perfectas como es el caso de Porcelina of the Vast Oceans, Bodies, la amargamente distorsionada X.Y.U. y la enternecedora Farewell and Goodnight en la que podemos escuchar a los cuatro integrantes de la banda cantando cada uno un pedacito de la canción.


Según los críticos, este disco ocupa el tercer lugar en la historia de los discos dobles del rock después del álbum Blanco de los Beatles y el The Wall de Pink Floyd, y es que realmente el Mellon Collie es estupendo (guitarras inteligentemente distorsionadas, coros alegremente poperos y letras de amor y odio perfectamente bien logradas), las sorprendentes calabazas después de haber trabajado junto con Butch Vig el hoy integrante de Garbage y en aquel entonces productor de discos tan importantes como el Nevermind de Nirvana prefirieron cambiar de productor (productores más bien) para el Mellon Collie que les traería la gloria y los inmortalizaría para siempre, ese año de 1995 y el que les siguió fue tan importante para ellos que incluso tuvieron su “aparición” en un capitulo de los Simpson, ( si ese en donde Homero se va al Lolapalloza junto con Sonic Youth). Pero después de todo este éxito fue duro para Billy Corgan liderar la agrupación, el era tan estricto que creo mucho conflicto entre los integrantes de la banda por el abuso de horarios de trabajo, a esto sumándole el dinero del que se estaban haciendo trajo los excesos de todo tipo y el más común abuso de drogas, así para culminar en la muerte del tecladista que formaba parte no oficial de la banda que termino como consecuencia de todo esto , eso no fue lo único malo sino que hasta el baterista Jimmy Chamberlin salió corrido de la agrupación por que el estaba con Jonathan Melvoin (el tecladista) el día de su muerte consumiendo heroína, desgraciadamente ya sin baterista Smashing Pumpkins no volvió a hacer lo mismo en el incomprendido electrónico-gótico Adore de 1998 y aunque Billy Corgan admitió de nuevo en la banda a Jimmy en el 2000 para el Machina: the machines of God ese fue el disco en el que la banda (la verdadera banda) se despidió de todos, es extraño, pero tanto conflicto había aún para esos años que D’arcy ya no soportaba estar cerca de Billy Corgan (creo que hasta la fecha lo odia) y en su última gira ella se negó a participar, así que Billy tuvo que invitar a su amiga Melisa Auf Der Maur ex bajista de Hole, (que por cierto se gano a los fans de los pumpkins con su media bubi expuesta en el video The Everlasting Gaze), para que acompañara a la banda a dar su último concierto en donde todos los integrantes entre lagrimas dijeron su último adiós en el “Metro” ese lugar que los había visto nacer siendo teloneros de Jane’s Adiction.

Es hasta cierto punto una historia triste la de los Smashing Pumpkins que después de rápidamente tenerlo todo lo perdieron de la misma forma, y aún después de muertas las calabazas por allá del 2003 Billy Corgan intento varias veces resucitarlas haciendo raros clones como Zwan , o aún ahora poniéndole el mismo nombre a la banda a una agrupación totalmente diferente donde lo único que permanece igual es el baterista Jimmy Chamberlin y la voz de él, quizá lo más rescatable de Billy Corgan después de los Smashing Pumpkins es su pequeña colaboración con New Order en ese fantástico disco llamado Get Ready del 2001, pero a pesar de todos los desperfectos que pudo haber tenido la banda de las calabazas entre la interacción entre ellos, nos dejaron un importante legado, cinco discos maravillosos (sin contar los b-sides y el chafa Zeitgeist claro) que los fans aún recordamos con cariño, pero sobretodo ese gran disco doble que cada vez que lo escucho me pongo a cantar incontrolablemente para unirme a esa celebración alternativa de mediados de los noventa.

En estos tiempos aún a veces me cuesta trabajo comprender cuando una etapa de la vida comienza y otra termina (creo que Billy Corgan tiene el mismo problema), a veces hay maneras sencillas de saberlo (por ejemplo se que ya estoy demasiado grande para juntarme con mis amigos de la prepa a tirar de limonazos a la gente que pasa tranquilamente por la calle-aunque admito que sería muy divertido) pero otras veces resulta bastante confuso identificar que cosas aún puedes permitirte hacer dado que ya has crecido , no se si es cuestión de protocolos o va más de acuerdo a los sentimientos de cada persona y es que he ido creciendo y he visto a mis amigos crecer conmigo, la verdad no se en que momento de mi vida todas esas personas de las que algún momento me rodee poco a poco se fueron desprendiendo de mis panoramas diarios, parece que fue ayer cuando pasaba tardes tomando café y comiendo galletas junto con mi amigo Edgar, ahora no me queda más que desearle mucho éxito a este tipo que fue la única persona que me encontré que podía hablar más rápido que yo, ahora con seis años más encima a como nos conocimos ya no me queda mucho que decir, pero quedan anécdotas clásicas para la posteridad y pues mucha suerte Edgar en esta nueva etapa que comienza, ahora yo me quedo un tanto nostálgica, pero para rendirle tributo a mis rebeldes recuerdos que mejor que irme a desahogar un rato junto a Billy Corgan y sus pseudo calabazas cantando unas cuantas horas hasta que me quede afónica, estoy segura que el Miércoles quedará grabado para siempre en mi tropezada memoria así como esos excelentes momentos que viví junto con mis inocentemente alborotados amigos adolescentes.