Poesía para eternos viajes

Por más que ella me hablaba no le podía poner atención, me encontraba escuchando Harm of Will de Björk y de lejos la veía haciéndome señas referente a algo que estaba en la estufa más no podía enlazar bien las ideas, parecía que el coro que estaba citando la islandesa me tenía como en trance y un sonido como si se tratara de alguien escribiendo con un gis en un pizarrón viejo y deteriorado me atraparon en uno de esos viajes en los que me pierdo de todo por fracciones de segundo, lo que estaba cantando me sumergió en una atmosfera bastante melancólica:



If there is a troubador washing...It is he...If there is a man about town...It is he...


Y de repente escuché fuerte, muy fuerte: el arroz!! Y como si se tratara de de un balde de agua fría cayéndome en la espalda desperté de mi trance y me di cuenta que el arroz que estaba cocinando estaba a punto de quemarse, afortunadamente mi abuela que ya se había dado cuenta que yo por alguna extraña razón me había quedado viendo a la nada, tuvo la delicadeza de gritarme para que volviera a prestar atención a mis labores.


Y es que siempre me pasa, me distraigo muy fácilmente, incluso en plenas conversaciones me olvido de lo que estoy hablando, me sucede de manera muy frecuente en que tengo que pausarme para recordar las ideas de las cuales me encontraba hablando, mi amigo César quien padeció de esto alguna vez me llego a comentar como fue que poco a poco salió de este problema más no puedo recordar como fue que lo hizo, seguramente también me distraje en ese momento súper importante de la platica en donde pude haber prestado atención para ponerle fin a mis tan constantes “viajes al infinito” (y no me refiero al café ni mucho menos al table dance). Pero bueno, recordando ese ultimo trance que casi me lleva a la desgracia culinaria con el arroz, hoy le voy a dedicar esta entrada a una de las mujeres que más admiro musicalmente y me refiero a Björk.


Ya lo había dicho que mi disco favorito de la islandesa es el Vespertine, un disco que en el invierno se convierte en el primer lugar de mi lista de reproducción ( sin menos preciar al Takk… de Sigur Rös y el Finally we are no one de Múm), es un disco bellísimo lleno de arpas, sonidos sutiles electrónicos, coros angelicales y hermosa melancolía que dirige la voz de la extravagante Björk, este disco se aparto un poco de los predecesores en donde la música electrónica un poco más festiva predominaba (Debut y Post) y tomo unos cuantos elementos del Homogenic como la música un poco más experimental y desestructurada, más sin embargo sin llegar a la emocionante incertidumbre que éste provoca pues el Vespertine no es tan arriesgado en esos aspectos, ya que es un trabajo más emocional, femenino y hasta poético pero todo desde un ángulo poco convencional acompañado con las micro secuencias de una computadora. Desde que empieza la primera canción Hidden Place nos adentramos a ese frió atardecer y aunque aparentemente esta pieza puede tener un corte similar a temas de anteriores álbumes para cuando escuchamos Coccon caemos en la cuenta del giro que empieza a dar el disco, esta pieza es de las mejores del albúm, que como si se tratara de una cajita de música descompuesta con piezas sueltas que se reproduce cíclicamente, sus claqueantes sonidos provocan que su rareza y ternura nos haga imaginar un bello romance casi infantil(Who would have known that a boy like him possessed of magical sensitivity...) los pequeños pulsos electrónicos mantienen el ritmo mientras la aguda voz sigue relatando sus confesiones sentimentales en medio de tan tenue y apacible atmosfera.

Para los que conocen la música de de la chica proveniente de Reykjavík éste es uno de sus mejores trabajos, aunque la mayoría de los críticos elogian más al Post yo me deleito más con el Vespertine que tiene piezas magistrales como Pagan Poetry, Aurora y Sun in my mouth, y aunque en sí todo el álbum es excelente para escuchar en cualquier época del año éste adquiere una chispa especial en el extremo invierno, será por que casi todo de lo que proviene de Islandia prácticamente”sabe” a nieve.


Años después de que salió el Vespertine Björk sacó su trabajo más experimental: Médula, que nunca ha sido de mis favoritos por sus sonidos crudamente guturales y posterormente salió el Volta que a pesar de tener colaboraciones de gente muy importante entre ellos el famosísimo productor Timbaland (productor de discos de Justin Timberlake, Nelly Furtado ) tampoco fue muy de mi agrado ni del publico en general, sinceramente extraño ese estilo que ella tenía del Vespertine hacia atrás, a pesar de que el Médula y el Volta tienen canciones excepcionales en si tomándolos como álbumes éstos no me llevaron a esos trances que sus 5 discos anteriores lo hicieron (contando el Selmasongs), la evolución que Björk tomó solo los fans de hueso colorado la han sobrellevado del todo y es que es difícil seguir los bizarros horizontes a donde la islandesa se ha dirigido, no sé si por que musicalmente es adelantada a nuestra época o por que se perdió en ambientes estrafalarios y místicos que solo ella comprende ( por algo es super amiga de Thom Yorke) , un rarísimo personaje que para muchos es la chica que hizo el ridículo con su vestido de “pato” (era un cisne!!) en una entrega de los oscares y para otros es ese duendecillo que canta, baila y actúa, la genio músical versátil que descubrió un aspecto del pop y la electrónica con el que nunca nadie había experimentado de tal forma.